Esperanza en Dios

Alejado de la presencia de Dios y rodeado de captores que se burlan de él por su fe, el salmista se hunde cada vez más en la depresión. Mientras su alma se derrite dentro de él, recuerda la fidelidad de Dios a su pueblo, Israel. A pesar de las burlas interminables de sus enemigos y la desolación de sus circunstancias, incluso a pesar de la batalla por su propio corazón vacilante, continúa predicándose la verdad a sí mismo: Esperanza en Dios, porque todavía entraré en la presencia de mi salvación y de mi Dios.